Ayer llovió! Un fenómeno poco común aunque solo fuesen unas gotas. Vino acompañada de una tormenta de arena, y vivimos unas rachas de viento muy fuertes dentro de las jaimas. Hasta última hora no supimos si el concierto terminaría suspendiéndose, ya que tocábamos en las dunas, y el viento hacía difícil su viabilidad. Y terminamos dando un concierto inolvidable en un lugar inolvidable, sin escenario, con unas dunas en forma de U que simulaban un anfiteatro. El momento más emotivo fue cuando tocamos la canción que nos dio la opción de viajar al Sahara. Con la ayuda de la familia tradujimos parte del estribillo al Hassaní. El retorno del concierto tampoco lo olvidaremos en mucho tiempo, Dieciséis personas en un Range Rover, algunos fuera del coche sujetándose por las ventanillas, cantando canciones Saharauis.
Los últimos dos días han sido muy intensos. Hemos pasado mucho tiempo con la familia y hemos estrechado lazos y hemos jugado a todo tipo de juegos con los niños. Con tapones de botella y piedras hemos improvisado un tres en raya, llenando calcetines con arena les hemos enseñado a hacer malabares, hemos jugado a fútbol… Un momento muy bonito también ha sido cuando hemos tocado canciones Saharauis con los niños, ayudados de los instrumentos que hemos traído para el concierto.
Por las noches hemos visto todo tipo de proyecciones: Sobre la persecución que padecen los y las poetas Saharauis, una película que contaba la primavera Árabe Egipcia, cortometrajes realizados por estudiantes locales…
Entrevista en la Radio Nacional Saharaui en Dajl